La actividad viverista ocupa un rol preponderante dentro de la economía regional del partido de San Pedro. De acuerdo a datos oficiales de SENASA, se cultivan alrededor de 1,2 mil hectáreas en la región distribuidas en más de 100 establecimientos de diferentes estratos productivos y sociales.
Esta actividad adquiere relevancia social en cuanto a la mano de obra que demanda para su realización, ya que se necesitan alrededor de 200 jornales al año por hectárea para cubrir los requerimientos de los cultivos asociados al vivero.
Cada vivero produce más de cien especies de plantas ornamentales; árboles y arbustos, herbáceas, rosales, jazmines y frutales. En general el cultivo se realiza a campo, pero en los últimos años ha aumentado el volumen producido en contenedores, esto varía según la estrategia del productor, la disponibilidad de superficie y de la especie a cultivar.
Los viveros del partido, como los de otras regiones de nuestro país, usualmente orientan sus acciones a mejorar el proceso productivo siendo las cuestiones de comercialización uno de los aspectos de constante preocupación.
En décadas anteriores la producción de los viveros estaba principalmente orientada a las plantas con destino a monte frutal, pero la retracción de la superficie frutícola a nivel local y nacional ocasionó una disminución en la demanda en este tipo de especies. Asimismo, el proceso de urbanización creciente y el incremento de la demanda de plantas forestales y ornamentales arbustivas, suministró nuevas alternativas y desafíos que reorientaron la producción.
En la actualidad, entre los canales de primera venta que poseen estos productos, se destaca la comercialización a mayoristas revendedores y a viveros de venta al público ubicados en distintas zonas del país. Existe otro canal, de menor importancia relativa en cuanto a flujo de producto, que es la venta a minoristas particulares.